Porque ese día en el que más te necesité estuviste conmigo.

Te he visto llorar, reír, comer, sufrir, alterarte, feliz, correr, gritar, susurrar, enfadarte, enloquecer… Y la mayoría de las veces ha sido a mi lado. He visto hacer todas estas cosas a un millón de personas, pero no de la misma manera que te las he visto hacer a ti, porque tú las haces de una manera especial. Siempre con la sonrisa en la cara y dispuesta a hacer todo por mí, por contagiarme tu sonrisa o por alegrarme el día. Sé que suena a tontería pero tú eres la mejor persona que me ha sabido querer en todo este tiempo y con la que más comparto mis días, y con la que los quiero seguir compartiendo. La que me ha enseñado a solucionar las cosas de la mejor manera posible.En realidad, nunca me imaginé que llegarías a importarme tanto. Desde el primer día que te vi, supe que tú serías algo para mí. Poco a poco, casi sin darnos cuenta nos hemos ido uniendo más y más, nos hemos ido contando nuestros secretos más íntimos en aquellas conversaciones. Comprendí que tenía a mi lado a una gran amiga, que me ayudaría a seguir cuando más lo necesitase. Porque ese día en el que más te necesité estuviste conmigo, apoyándome, dándome todo ese ánimo que necesitaba para seguir adelante. Eras la que borraba por un segundo todos mis problemas. Gracias a ti, aprendí a no pintarme más sonrisas. En fin, aun nos queda mucho camino por delante y muchos obstáculos que pasar. Desde hace tiempo compartimos algo, y es un corazón que nos une desde hace mucho tiempo. Otra vez, te doy las gracias de todo corazón. Por todo lo que me haces sonreír, porque sinceramente eres la que me ha ayudado a seguir. No sé si lo sabrás, pero gracias a ti hoy sigo aquí, en pie, luchando cada minuto. Me hiciste pasar página. No importan los problemas que nos quieran separar, porque sé que los superaremos.